viernes, 22 de mayo de 2009

El último dragón sin fuerza


Eragon es el primer libro de la saga El Legado, del joven escritor californiano Christopher Paolini. Al igual que muchos otros libros, trata la historia del último dragón, a la que Paolini da una nueva visión perfecta para el público juvenil.
Pese al éxito, la novela ha sido muy criticada. Y con razón: los personajes y las situaciones parecen una mezcla simplona de El Señor de los Anillos y Star Wars. Resulta curioso que un libro con tal falta de originalidad triunfe, pero lo cierto es que yo mismo acabo de comprarme el tercer libro, Brisingr, con lo que está claro que la saga no carece de interés por completo, pues deja por detrás a la mayoría de libros que han visto la luz en los últimos años referentes a magia, dragones y demás.
Ante la película, mi opinión es diferente. Ésta vio la luz a finales del 2007 y haría falta una vida entera para señalar sus fallos.
De entrada, si lo normal en una historia es contar con un planteamiento breve, un nudo extenso y una conclusión intensa, Eragon sería la excepción que confirma la regla: el planteamiento recorre media película, el nudo es prácticamente inexistente y la conclusión carece de emoción.
Por alguna razón, Stefen Fangmeier, director del film, decidió dejar de lado la mayoría de las escenas para aburrir con aquéllas por las que se decantó. El resultado no puede ser peor: las escenas se suceden sin sentido ni nexo de unión.
Sólo la fotografía se salva entre un equipo cuya contratación resulta inadmisible ante una película preparada para triunfar: los efectos especiales son pésimos (destacando la espantosa dragona), y tanto maquillaje como vestuario recuerdan a telefilm barato. Entre los poco conocidos actores destaca tan sólo Jeremy Irons (Oscar por El misterio Von Bullow) mientras que el inexperto Ed Speleers, elegido pare encarnar al protagonista, decepciona enormemente.
La conclusión de todo esto es clara: un libro como Eragon, si bien nunca será elogiado por los críticos, sí puede entretener a miles de lectores. A la hora de llevar al cine un libro de éxito debe invertirse dinero suficiente para ser fiel al libro y sacar máximo partido, ya que de lo contrario el resultado será un fiasco, así como una piedra en el zapato de la novela.

3 comentarios:

  1. Yo no leí el libro, pero la película me gustó (obvio q no es de las mejors, xo está entretenida).Aunque ya sabes q todo lo q tng q ver con dragones...
    Un besito futuro crítico de cine!

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  2. Es probable que si yo no hubiera leído el libro, la película me pareciera entretenida, pero verla tras leer el libro -que ya no es ninguna maravilla- supone darse cuenta de lo pésima que es.

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  3. Yo no me he leído el libro y solo he visto una escena de la película. Y es que solamente viendo al chavalín tan sumamente repeinado e impoluto en una pelea encima de un dragón se me quitaron las ganas de saber algo más. Sorry, pero el pijerío que se lo dejen en el instituto; los dragones son sucios y huelen mal, y en las peleas hay sangre y dolor. Así que tu entrada es una razón más para no verla.
    Gracias.

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